Es una contracción involuntaria de la vagina que no permite la introducción del pene de forma normal. Entre las circunstancias que posibilitan su aparición, tenemos de dos tipos: las orgánicas y psicológicas.
En la primera tenemos la existencia de cicatrices en la entrada de la vagina como consecuencia de alguna operación; El uso de desodorantes irritantes; la masturbación brusca con un vibrador, o alguna insuficiencia hormonal a causa de la carencia de estrógenos, son algunas de las más importantes.
Por su parte, en el lado emocional las mujeres podemos padecer un sentimiento de culpa por sentir placer durante las relaciones íntimas; disgusto por el sexo; no saber manejar bien la agresividad durante la intimidad, o ignorar notablemente la anatomía tanto de la mujer como de su pareja, entre otros.
