La infertilidad es la incapacidad de la pareja para desarrollar un embrión viable, pese a que, en un primer momento, se haya logrado la concepción. La infertilidad puede ser de origen tanto masculino como femenino y hay infertilidad primaria y secundaria.
Es bastante frecuente que algunas parejas tengan problemas a la hora de lograr un embarazo o de llevarlo a término, se diagnostica la infertilidad cuando no se ha logrado concebir después de un año intentándolo. También se llega a este diagnóstico si la mujer ha sufrido varios abortos seguidos.
Según datos del IVI 1 de cada 6 parejas en edad fértil están afectadas por la esterilidad, por ello es aconsejable detectar los posible síntomas de la infertilidad masculina y femenina y recurrir a los tratamientos médicos necesarios para concebir.
Como hemos visto la infertilidad se produce cuando una pareja no consigue concebir transcurrido un largo periodo de tiempo o cuando no llega a término el embarazo. De este modo distinguimos dos tipos de infertilidad.
Existen múltiples causas que derivan en infertilidad por ello es recomendable consultar al médico si tras un largo periodo de tiempo no se ha producido el embarazo. Vamos a repasar las principales causas que se producen en la infertilidad femenina y masculina.
Los problemas de infertilidad pueden deberse tanto factores físicos como emocionales.
También pueden deberse a factores físicos o genéticos en los hombres:
Existen algunos factores de salud o estilo de vida que pueden afectar a la infertilidad, por ejemplo la edad avanzada en el caso de las mujeres, el sobre peso, haber recibido tratamiento de quimioterapia, consumo excesivo de alcohol o o haber estado expuesto a toxinas ambientales.
Es importante no confundir la infertilidad con la esterilidad, la primera es la imposibilidad de finalizar la gestación, mientras que la segunda es la incapacidad de concebir. Por este motivo existen tratamientos orientados a mejorar la fertilidad de las parejas para poder tener un bebé.
En función de la causa de la infertilidad se aplicará un tratamiento diferente, el médico evaluará a la pareja y decidirá cuál es la mejor solución. Los más populares son:
La infertilidad es la incapacidad de la pareja para desarrollar un embrión viable, pese a que, en un primer momento, se haya logrado la concepción. La infertilidad puede ser de origen tanto masculino como femenino y hay infertilidad primaria y secundaria.
Es bastante frecuente que algunas parejas tengan problemas a la hora de lograr un embarazo o de llevarlo a término, se diagnostica la infertilidad cuando no se ha logrado concebir después de un año intentándolo. También se llega a este diagnóstico si la mujer ha sufrido varios abortos seguidos.
Según datos del IVI 1 de cada 6 parejas en edad fértil están afectadas por la esterilidad, por ello es aconsejable detectar los posible síntomas de la infertilidad masculina y femenina y recurrir a los tratamientos médicos necesarios para concebir.
Como hemos visto la infertilidad se produce cuando una pareja no consigue concebir transcurrido un largo periodo de tiempo o cuando no llega a término el embarazo. De este modo distinguimos dos tipos de infertilidad.
Existen múltiples causas que derivan en infertilidad por ello es recomendable consultar al médico si tras un largo periodo de tiempo no se ha producido el embarazo. Vamos a repasar las principales causas que se producen en la infertilidad femenina y masculina.
Los problemas de infertilidad pueden deberse tanto factores físicos como emocionales.
También pueden deberse a factores físicos o genéticos en los hombres:
Existen algunos factores de salud o estilo de vida que pueden afectar a la infertilidad, por ejemplo la edad avanzada en el caso de las mujeres, el sobre peso, haber recibido tratamiento de quimioterapia, consumo excesivo de alcohol o o haber estado expuesto a toxinas ambientales.
Es importante no confundir la infertilidad con la esterilidad, la primera es la imposibilidad de finalizar la gestación, mientras que la segunda es la incapacidad de concebir. Por este motivo existen tratamientos orientados a mejorar la fertilidad de las parejas para poder tener un bebé.
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