Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Roma, Italia, descubrió que en los tratamientos oncológicos hay un mecanismo que destruye los óvulos y, también, una fórmula para contrarrestar esta consecuencia, por medio de un fármaco contra el cáncer llamado imatinib.

Los galenos llegaron a esta conclusión al averiguar por qué el cisplatino, medicamento muy utilizado en quimioterapia, es tan tóxico con los óvulos. Así hallaron que el tratamiento con imatinib contrarresta la muerte de estas células inducida por el cisplatino, y poder preservar la fertilidad femenina.

Esta investigación se llevó a cabo con células germinales de ratones hembras, con lo que sus procedimientos y resultados sean, esperan, utilizados en seres humanos próximamente.