Son tumores (benignos) que se forman en la superficie que cubre el endometrio. Generalmente son de pequeño tamaño y de crecimiento lento; no obstante, pueden llegar a ocupar toda la cavidad endometrial y así perjudicar la fertilidad femenina.

Sus principales síntomas son el producir sangrado intermenstrual o en plena relación sexual. Asimismo, puede aumentar la cantidad de sangre en el ciclo menstrual; también, en algunos casos, los pólipos pueden alcanzar un crecimiento excesivo hasta el punto de llegar a salir del endometrio a través del cervix.

Puede diagnosticarse mediante una ecografía transvaginal antes de la ovulación, preferentemente. Para confirmar los datos de este estudio, realízate una sonohisterografía (evaluación de la cavidad uterina mediante la instilación de solución salina estéril a través de un catéter)  o también una histeroscopia.