Es el periodo inicial de la respuesta sexual humana, a partir de una circunstancia estimulante de contacto, visión o imaginación.
Si la estimulación es adecuada a lo que interesa al sujeto, la respuesta aumenta en intensidad.
Sin embargo, puede interrumpirse por diversos problemas, como tensión personal, por desagrado de la pareja, miedo a embarazos no planificados, etcétera.