Es normal que la espera por ser madre produzca en nosotras emociones negativas y que este periodo (largo aveces) se convierta en un tiempo realmente estresante.
Lo primero que puedes sentir es que los vientres y los bebés te persiguen por todos lados. Ellos están en las calles, en muchos lugares, pero nada ha cambiado a comparación de otros años; la diferencia es que ahora quieres uno para ti, y al demorar en concebir experimentas mucha ansiedad a tu alrededor.
Algo similar nos sucede en las reuniones sociales. Nuestros familiares o amigos hacen comentarios sobre la maternidad que pueden llegar a afectarte si desconocen que estás buscando embarazarte. Tal vez te animen con frases como "Qué afortunada eres al tener tu dinero solo para ti, sin bebés que te aten". O de otro lado, pueden mencionar que para ellas ha sido muy fácil quedarse embarazadas.
Estas situaciones se dan mucho en la vida diaria, especialmente cuando nuestro entorno no tiene idea de todo lo que estamos haciendo para convertirnos en madres.
Si has pensado que lo mejor socializar menos para no tener que enfrentarte al acostumbrado " ¿cuándo te animas a tener un bebé?" solo lograrás aislarte y es probable que te llenes de malos pensamientos. Te sugerimos mas bien enfrentar las curiosidades de tus amigas con respuestas previamente aprendidas, o apelar al sentido del humor para salir de estos incomodos momentos. Animo, superarás esta etapa.
