Abandonar la idea de convertirnos en madres no es una decisión que se pueda tomar con facilidad, sin embargo; debido a ciertos factores, se convierte en un camino después de muchos intentos.
¿Que puede determinarlo?
- El estrés y la angustia generada en la relación de pareja a causa del largo tratamiento.
- Sentirnos agotadas emocionalmente para seguir intentándolo.
- Tener menores recursos económicos que nos respalden en otros tratamientos.
- Físicamente no toleramos más intervenciones médicas.
- Nuestra edad. Envejecemos y las esperanzas de tener un bebé parecen abandonarnos.
- Las opiniones de los médicos. Algunos te alentarán a seguir y otros quizá no suenen muy optimistas sobre tus probabilidades.