La mayor parte de los casos de ausencia de eyaculación son de índole psicológica.
El bloqueo involuntario de la eyaculación puede deberse por la existencia de fuertes sentimientos de culpa en las primeras experiencias sexuales, masturbación, relaciones homosexuales, relaciones heterosexuales, etc.
Asimismo, en otras circunstancias se debe a un impedimento en la relación sexual por miedo a un embarazo o por situaciones anteriores en donde se produjo un embarazo no planificado. También puede ser por falta de atracción hacia la pareja, por rechazo a la misma, carencia de estímulos sexuales, etc.
Además, los prejuicios religiosos pueden tener un papel protagonista en este tipo de disfunción sexual.
